Grafologia

Cuando ella firma se toma su tiempo. Se acicala el pelo hasta llevar el último mechón detrás de la oreja, se inclina sobre el papel y coge la pluma con más firmeza, se humedece los labios, evoca una sonrisa, pero no llega a dibujarla, fija la mirada en un punto y de repente, en un pestañeo, la punta de la pluma se desliza aquí y allá y cuando se incorpora por completo ya lo ha hecho. Ha dejado una parte de ella sobre el papel. Si es igual en el amor, mejor no conocerla.

 
Inflexiones